
La fiebre catarral maligna es una enfermedad linfoproliferativa grave, a menudo mortal, de los artiodáctilos causada por herpesvirus del género Herpesviridae. Ocurre en todo el mundo y es esporádico, también puede ocurrir como una epizootia, principalmente en ganado doméstico (Bos taurus), ganado de Bali (Bos javanicus) y bisonte americano, pero también puede ocurrir en búfalos de agua y ciervos cautivos, incluidos el venado de cola blanca y el ciervo de Pere David, tiene una estrecha asociación con el contacto entre ovejas, especialmente ovejas paridas y ganado vacuno y con ñus.
Síntomas
El síndrome de enfermedad inflamatoria virulenta asociado con la fiebre catarral maligna se caracteriza por lesiones vasculares y linfoproliferativas generalizadas en los tejidos linfoides del cuerpo, el revestimiento mucoso de los tractos respiratorio y gastrointestinal y el sistema nervioso central.
Durante el período de incubación suele haber signos clínicos de leves a moderados y una muerte rápida de los animales afectados, la naturaleza recurrente o persistentemente infecciosa del virus significa que los signos clínicos pueden reaparecer en un animal individual después de una interrupción de los síntomas. Después de un período de incubación, los animales afectados desarrollan fiebre, depresión, leucopenia, secreciones nasales y oculares abundantes, opacidad corneal bilateral que puede progresar a ceguera, queratoconjuntivitis grave y uveítis anterior.
Tambien cursan con ulceraciones en la lengua, encías, paladar duro y blando y mucosa abomasal que puede estar hiperémica con áreas de congestión y hemorragias petequiales, los ganglios linfáticos están agrandados y edematosos; los pulmones y la tráquea se obstruyen y el epitelio del tracto genital se desprende.
El tracto gastrointestinal puede verse afectado por la fiebre catarral maligna con diarrea intensa y vómitos, pero esto no siempre está presente, otros signos incluyen tos no productiva y una lesión pancreática que puede ser asintomática o presentarse con dolor abdominal; el hígado está agrandado y pálido y puede ser asintomático o puede haber necrosis hepática, el cerebro suele estar implicado en la fiebre catarral maligna y se asocia con depresión, temblores y letargo.
Las necropsias de animales con fiebre catarral maligna, muestran una necrosis tisular grave y generalizada que incluye múltiples focos de inflamación intersticial en los riñones, hemorragia en todo el tracto gastrointestinal y erosiones y ulceraciones en el tracto gastrointestinal, extremidades y mucosa oral, en la mayoría de los casos, el cerebro está afectado.
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Diagnóstico de la Fiebre catarral maligna
La fiebre catarral maligna resulta de la infección con uno o más miembros de un grupo estrechamente relacionado de gammaherpesvirus de rumiantes. Estos virus persisten en la naturaleza como infecciones subclínicas de sus huéspedes reservorios (naturales) y si se transmiten a ungulados susceptibles a los que no están adaptados, causan un síndrome patológico característico.
El virus puede detectarse en muestras de sangre o tejidos de casos clínicos sospechosos, pero el diagnóstico suele basarse en signos y hallazgos característicos en el examen post mortem, la presencia de anticuerpos virales en suero puede confirmarse mediante métodos serológicos (neutralización viral, técnica de inmunoperoxidasa o ELISA indirecto), pero estas técnicas se ven obstaculizadas por la reactividad cruzada con otros herpesvirus.
La detección del virus en las mucosas del tracto gastrointestinal es más sencilla mediante ensayos de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) específico del virus que puede usarse para detectar ADN viral en tejidos y secreciones de animales afectados; el mismo metodo de diagnóstico utilizado para detectar la viruala bovina.
Varias cepas de virus diferentes son responsables de la fiebre catarral maligna, la causa más común en ovejas domésticas y asilvestradas es el herpesvirus del género Macavirus, del cual se ha aislado en cultivos celulares; la forma africana de la enfermedad, asociada a los ñus es causada por herpesvirus del género Alcelaphus, incluido el herpesvirus 1 y el herpesvirus 2; se sabe que otros herpesvirus que causan fiebre catarral maligna, se encuentran naturalmente en otras especies de ungulados, pero aún no se han reportado ampliamente y su potencial patogénico está pendiente de clarificación.
La fiebre catarral maligna es un problema importante para los ganaderos y criadores de ganado vacuno, ciervos y bisontes en América del Norte y Europa, donde la enfermedad es propagada por pastores que arrean su ganado cerca de las rutas migratorias de los ñus. También es un problema grave en algunas partes de África, particularmente donde los pastores arrean su ganado cerca de los ñus durante la migración anual. El virus se transmite a través del contacto cercano con el animal y sus heces o excrementos, y la transmisión de la enfermedad entre pastores ha resultado en conflictos entre el ganado y los encargados de la vida silvestre.
En el Reino Unido, el herpesvirus ovino 2 es el agente que causa la fiebre catarral maligna, siendo una causa importante de mala salud en la industria ganadera, este virus es transportado por las ovejas sin causarles enfermedad y se transmite al ganado vacuno a través del contacto directo de las ovejas susceptibles, a menudo corderos recién nacidos. Sin embargo, pueden transcurrir muchos meses entre el contacto con las ovejas y el desarrollo de la enfermedad clínica en el ganado vacuno.

Tratamiento y prevención
Actualmente, al igual que la Criptosporidiosis en terneros, no existe tratamiento ni vacuna para la fiebre catarral maligna en ninguna especie y casi todos los casos de la enfermedad son mortales en los animales afectados. La prevención consiste en evitar el contacto entre los animales afectados y los no afectados, no copastorear ganado con ovinos, evitar el alojamiento de bovinos con ovejas preñadas o recién paridas y evitar el contacto directo entre estas dos especies, pero esto no siempre es práctico en granjas con ganado mixto.
Hasta hace poco, los científicos no sabían cómo el virus causaba sus síntomas, ya que los herpesvirus no pueden cultivarse en cultivos celulares, desde entonces se ha descubierto que los herpesvirus son capaces de cambiar sus células objetivo en todo el cuerpo, cambiando los tejidos a los que afectan mientras lo hacen.
El herpesvirus ovino 2 que causa la fiebre catarral maligna en las ovejas está muy relacionado con el herpesvirus alcelafina 1, que causa la fiebre catarral maligna en los ñus de África. Este herpesvirus puede transmitirse a ungulados desprevenidos, como el bisonte, mediante inoculación con sangre de ovejas clínicamente afectadas o mediante aerosol con secreciones nasales de ovejas infectadas que excretan, también se sabe que el herpesvirus ovino 2 infecta a antílopes como el kudu y el oryx.
Fuera de África y en las colecciones zoológicas, la forma de fiebre catarral maligna asociada a las ovejas (causada por el herpesvirus ovino 2) se asocia principalmente con el ganado confinado. La fiebre catarral maligna asociada a las ovejas ocurre esporádicamente o como brotes de vacas individuales infectadas con el herpesvirus 2. Esta forma de fiebre catarral maligna se transmite a través del contacto directo entre los rumiados susceptibles y las ovejas infectadas subclínicamente y excretadas, aunque pueden pasar varios meses entre dicho contacto y la aparición de la enfermedad clínica.